Erase una vez una copita de nieve que vivía en lo alto de la montaña helada. Un día, se enamoró del Sol. Y pasó a coquetear descaradamente con él.
-¡Cuidado!- alertaron los copos más experimentados-. Puedes derretirte.
Pero la nievecita no quería darse por enterada y seguía mirando al Sol, que, con sus rayos, la quemaba de pasión. Ella ni siquiera notaba cuánto se derretía…. Y permaneció allí largo rato. Cuando se dio cuenta, era una gotita, una pequeña lágrima de amor que descendía, con nobleza y delicadeza, por la montaña. Allí abajo la esperaba un río.
-¡Cuidado!- alertaron los copos más experimentados-. Puedes derretirte.
Pero la nievecita no quería darse por enterada y seguía mirando al Sol, que, con sus rayos, la quemaba de pasión. Ella ni siquiera notaba cuánto se derretía…. Y permaneció allí largo rato. Cuando se dio cuenta, era una gotita, una pequeña lágrima de amor que descendía, con nobleza y delicadeza, por la montaña. Allí abajo la esperaba un río.
21/08/2008 01:27