Cuenta la historia que un pequeño pollito corría desesperadamente perseguido por un hambriento zorro , corrió tanto que llegó a un prado lleno de vacas, pero el zorro le seguía de cerca y viendo que por carrera no iba a ganar al zorro decidió esconderse entre las patas de una de las vacas que estaban por allí.
Hay días que es mejor no levantarse y ese era uno de esos días para el pobre pollito, pues al poco de estar escondido, la vaca bajo la que estaba escondido hizo esas cosas grandes, marrones y apestosas que hacen las vacas.
El plastoncho que le cayó al pobre pollito fue descomunal, tapándolo completamente, no se podía ni mover, se asfixiaba.
En esto el zorro que estaba demasiado hambriento como para dejar escapar el suculento bocado, buscó y buscó hasta que dio con el plastoncho que tapaba al pobre pollito y comenzó a remover.
Al pobre pollito ya no le quedaba aire en los pulmones y cuando se creía ahogado vio un poco de luz y entro un poco de aire,pudo respirar y dijo PIO.
El zorro por fin encontró a su jugoso bocado y se lo comió.
De esta historia se sacan tres conclusiones:
1ª No todo el que te echa mierda encima te quiere hacer mal.
2ª No todo el que te quita la mierda de encima te quiere hacer bien.
3ª y más importante
AUNQUE ESTÉS DE MIERDA HASTA EL CUELLO NO DIGAS NI PIO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario